En un principio acepté participar en promover el debate entre Rajoy y Zapatero en internet. Unas horas después y tras un debate sobre mi postura con otros, he decidido quitarme de la primera linea y ver los toros desde la barrera.

Recuerdo el día en que decidí participar en el concurso 20 blogs. El mismo que hoy me ha hecho cambiar de opinión, me dijo en aquel momento que no sabía lo que hacía...y tubo razón. Esta vez creo que me retiro antes de comenzar, para así no tener que tragar con las ruedas de molino contra las que siempre he luchado.

Puede que la gente crea que es un acto de cobardía, pero lo cierto es que me era realmente difícil sostener la postura que estaba adoptando sin contradecir lo que tantas veces de dicho. Hasta a mi me sonaban a huecas las justificaciones.

Otro de los motivos que han hecho tambalearse mi decisión ha sido el polémico Twitter. No podía ser que yo, que siempre he dicho que eso del Twitter era un arma de destrucción del lenguaje, aceptara como si tal cosa que el debate entre nuestros políticos se hiciera mediante esta herramienta.

No soy una veleta. Lo cierto es que me entró algo de vanidad al leer el correo que recibí ayer para adherirme a la propuesta y comprendí cuan débil es la carne cuando alguien te hace creer que eres más determinante de lo que la realidad te muestra.

Recibir un mail de un medio de comunicación, aunque solo sea por haber participado en uno de sus concursos, se te sube a la cabeza aún sin querer. Y eso es lo que a mi me ha pasado.

Mi posición es sencilla de comprender:

-Los blogs no tienen el poder que se les atribuye (quise participar para saber si se tenía de verdad o no).

-Internet es una ventana al mundo, pero solo para los que son capaces de pagárselo.

-Los bloguers deben luchar para que su voz se oiga entre los medios de comunicación, pero no que los segundos se sirvan de ellos para promover propuestas propias.

-Tan excluyente es un debate en la televisión como en internet. El primero solo dota de protagonismo a los periodistas y a los candidatos. El segundo no se como sería, pero desde luego elimina de un plumazo a todos los que no tienen internet.

-Continúo pensando que Marcelino se equivoca en su entrada, pero acepto que yo tampoco estaba en posesión de la verdad absoluta.