Hay quien dice que los políticos no deberían debatir en internet si no en su cocina. Y lo dicen porque según ellos, quienes promueven estas cosas son los aprovechados de los Top 20, A-List y demás rankings que se apoderan de la denominación de Blogosfera para utilizarla en beneficio personal.

Hay que admitir que no le falta razón en eso, pero negarse a apoyar una propuesta como la del debate solo por esta nimiedad es pasarse de frenada en plena curva. No digo que el debate en internet vaya a ser decisivo. Como muy bien sabemos todos, la mayoría de gente no sabe lo que es un blog y la repercusión que estos tienen en la vida cotidiana es ya no mínima...si no insignificante.

Pero no deberíamos olvidar que la propuesta de 20 minutos (un panfleto que leo diariamente aunque su orientación política no sea de mi agrado) no se ciñe estrictamente a los blogs, si no que va desde los medios de comunicación que conviven en la red tales como Cadena Ser, El Mundo o El País, hasta las instituciones más representativas tales como la Asociación de Internautas o la Asociación de prensa de Madrid.

Tal vez el llamar a los bloguers a la participación en este debate se quede solo en eso, una simple llamada. Puede que lo que realmente estén haciendo, sea utilizarnos para dar publicidad a esta propuesta y finalmente ser ellos, los medios tradicionales, quienes pinchen y corten el pastel que entre todos estamos cocinando.

¿Que se quedarán fuera del debate todos aquellos que carezcan de internet?

Bueno la verdad es que sí, pero tampoco es menos verdad que en los debates televisados solo participan los periodistas que elija la cadena afortunada y el resto del mundo ajo y agua. Incluso hay gente en España que no tiene televisión...¿porqué no protestamos por eso? ¿Porqué no quedan los dos candidatos para debatir cada día en una calle de España? ¿Y si quedaran en las calles para debatir...qué haríamos con los que viven debajo de los puentes? ¿No les estaríamos haciendo un vacío también a ellos?

Somos bloguers y con esta propuesta podemos ejercer ese poder que tantos nos han adjudicado y que yo tan pocas veces me he creído. No nos pongamos palos en nuestras ruedas y luchemos porque el debate se realice...aunque solo pregunten los grandes.