10 de Enero, 2008, 16:59:
TONI1004Blogosfera
Cuando un niño se convierte en un hijo de puta
Un niño de lo más normal puede ser inocente, adorable y hasta gracioso, mientras que este respete a los que le superan en edad, o al menos siga a pies juntillas las mínimas normas de convivencia. ¿Qué normas? Hombre pues me refiero a unas que me parecen obvias. No pueden pasarse el día tocando timbres de escaleras, insultando al que pasa por la calle, tirando piedras a los cristales, mofándose de la autoridad, o pegando a personas indefensas que solo pasaban por su lado. Es más, no pueden amenazar con que se le caerá el pelo a quien se le ocurra ponerle la mano encima para corregirlos sobre los casos anteriores. No puede ser que veinte hijos de puta se presenten frente a casa de nadie, se dediquen a apedrear la casa, insulten a su dueña y la saquen de la casa para darle una paliza al grito de !¡¿estás grabando?!" No puede ser que una mujer de 78 años de Torrevieja (Alicante), se vea amenazada bajo una lluvia de tierra, piedras e insultos, por un grupito de hijos de puta y que amparándose en su minoría de edad, la acosen y acobarden, mientras que esta clama un auxilio, de la Policía Local o la Guardia Civil de la localidad, que nunca llegará. Es increíble que bajo este panorama la ley española aún contemple como positiva la ley del menor. Una ley que debería ser revocada de inmediato. Nunca he sido muy de diferenciar entre delincuentes. Uno lo puede ser tanto a los doce, como a los dieciséis, como a los dieciocho. La diferencia es que este último sí que pagará por sus faltas, mientras que los otros dos simplemente saldrán por la puerta de atrás del juzgado de camino a su casa y punto. Da igual que hayan matado, violado, robado o cometido cualquier tipo de falta. El menor tiene una ley que le da carta blanca a su imaginación para cometer delitos y tiene también la connivencia de algunos evangelizadores de pacotilla llamados periodistas del tres al cuarto, que les disculpan tras una posible familia rota o una niñez difícil y tenebrosa. Es fácil quedarse con que esos hijos de puta tienen una familia destrozada, que están desarraigados o que incluso son incapaces de ver el daño que provocan. Pero yo no me conformo con eso. Para mi un violador lo es tanto si tiene dieciséis como veinte años. Uno es asesino tanto si tiene dieciséis como veinte años. Uno es ladrón tanto con dieciséis como veinte años...y así podríamos seguir hasta que nos cansáramos. Yo no digo que la ley debiera parecerse, ni mucho menos, a la Americana, pero sí que pediría que los menores fueran recluidos en centros penitenciarios (que no centros de menores) en los que solo estuvieran hijos de puta de menos de dieciocho años. A partir de esa edad deberían pasar a una cárcel normal y corriente y a cumplir la pena con la que el juez les hubiera castigado. Nos soy partidario de trabajos para la comunidad y demás chorradas. En vez de colocar más funcionarios en los ayuntamientos, que hagan más cárceles para hijos de puta de menos de dieciocho años y den así trabajo a los que en otro tiempo serían secretarios y que pasen a ser agentes penitenciarios. La delincuencia bajaría...¡vaya que si bajaría!...pero nuestros politicuchos de mierda solo saben chuparse la polla los unos a los otros, mientras que a nosotros (el pueblo llano) nos dan por el culo con el gas, la luz y la gasolina. Que me dejen a solas con uno de esos veinte hijos de puta...se enteraría de lo que vale un peine. |