Hace bastante tiempo que dejo claro, cada vez que se toca el tema de Twitter, mi frontal oposición a este tipo de blog abreviado, a la llegada del lenguaje SMS a los blogs y a la deriva catastrófica que sobre el lenguaje tiene este tipo de escritura. Escribir bien no cuesta nada.

Lo malo es, que después de conseguir que muchos bloggers se concienciaran de la necesidad de escribir como se debía, apareció Twitter. Al principio no le presté atención, pero luego llegó a ser cansino leer entrada tras entrada hablando sobre las bondades del nanobloggin (increíble frase de Enrique Dans).

No es malo que Enrique lo denominara así, lo malo es que ese nombre reflejaba fidedignamente qué significaba twitter en realidad. Se ha pasado de intentar explicarse perfectamente mientras escribes en tu blog, a trasladar el lenguaje del teléfono móvil a los blogs. Sí, eso ya estaba antes que twitter, pero esta moda no ha hecho más que reafirmar las penalidades por las que pasa la escritura en estos tiempos.

El límite de 140 caracteres para escribir algo en el twitter, no hace más que ahondar en la herida, promoviendo la abreviatura del lenguaje al máximo, para poder expresar algo, en vez de intentar razonar algo con menos palabras, para llegar a una conclusión. Clara mi postura...¿no?

Lo peor de todo, por encima de la existencia de Twitter, es que un periódico digital que debería ser consciente de que cada uno de sus movimientos está siendo observado con lupa, se apunte a semejante moda.

En 20 Minutos se han olvidado que en realidad son un periódico. Digital, pero con los mismos medios y la misma audiencia que sus antedecesores. Viven de la palabra, de la escritura...y dependen para sobrevivir  de que la gente sepa leer y escribir correctamente. Se han olvidado de su papel instructor en esta materia y de la responsabilidad que tienen para con sus lectores...escribir correctamente y corregir en caso de error.

Un periódico que se lanza a los miniblogs (como ellos los llaman) y no quiere ser consciente de que un límite de caracteres no hace más que perjudicar al medio del que ellos viven, no merece más que mi total rechazo.