Las despedidas en los blogs son muy sentidas. Cuando una persona con la que has compartido visitas y comentarios, puntos de vista y opiniones, Iloveyus (que no me gustan nada de nada) y demás decide dejar de publicar...una ventanita en tu cibermundo se cierra cual vela apagada por el viento. Poco tiempo después nada, salvo el blog silencioso que esa amistad dejó atrás, recuerda su llameante presencia.

En la blogosfera se hacen buenas amistades. Sobre todo porque se opina y se escuchan las opiniones de los demás. Se conoce un poco a la gente. Y esa gente suele ser bastante sincera en lo que dice. Da igual lo contrarias que sean las opiniones, siempre cuenta la sinceridad. Realmente cuando un blogger juega al despiste sobre lo que piensa y esas cosas, rara vez acaba formando parte de tu microsfera particular.

Yo me he despedido muchas veces, pero finalmente nunca lo he hecho. Admiro a la gente que realmente tiene esa capacidad de decisión. Esa gente a la que creerías si dijera que va a hacer algo...simplemente por el hecho de que sabes que cumplirá lo prometido. He visto muchos amigos despedirse y no volver nunca más a saber de ellos. 

Tal vez sea esa la mejor forma de dejarlo. Abandonar completamente el círculo de amigos que te rodeaba mientras blogueabas. Intentar continuar como si no hubiera pasado nada u omitir que dejaste de bloggear en tu blog solo lleva a la vuelta al mismo.

Dos años se ve que es la línea que define el futuro de un blog. A esa edad nada es seguro, se puede seguir, pero con menos ímpetu, o abandonar. Ninguna de las dos opciones es mala. Pero una deja muchos amigos atrás.

¿Yo? Sé que un dia dejaré de bloggear, pero sinceramente, creo que falta mucho tiempo para que eso pase.