¿Podría tu mejor amigo hacerte engordar? Un grupo de investigadores que estudió las "redes" de la obesidad sí lo cree, ya que ha descubierto que si un amigo se vuelve obeso, las posibilidades de que una persona engorde aumentan más de un 50 por ciento.
Los hermanos y los cónyuges también tendrían influencia, aunque menor: las personas cuyos hermanos se vuelven obesos eran un 40 por ciento más propensos a engordar, mientras que cuando quien aumentaba de peso era la pareja, las posibilidades de volverse obeso eran del 37 por ciento.
"Este es el primer (estudio, por llamarlo de alguna forma) que muestra como la obesidad se extiende a través de una red social de persona a persona", señaló en una conferencia telefónica James Fowler, de la Universidad de California, en San Diego, que trabajó en la investigación.
En un artículo publicado en el New England Journal of Medicine, los investigadores dijeron que sus resultados demuestran que la obesidad es contagiosa, no como un virus, sino en un sentido social.
Esto ayudaría a explicar por qué la obesidad está empeorando exponencialmente en Estados Unidos, donde dos tercios de las personas tienen sobrepeso y casi un tercio son, técnicamente, obesos.
Christakis y Fowler estudiaron los historiales de 12.067 personas que participaron en el estudio de salud de Framingham, que incluyó a casi todos los residentes de ese pueblo de Massachusetts mayoritariamente blanco y de clase media.
A los participantes se les vigiló la salud y sus hábitos de forma regular desde 1948. En 1971, los descendientes y cónyuges fueron invitados a unirse al estudio.
El equipo de Christakis indicó que todos los participantes habían dado contactos alternativos para su seguimiento, amigos y parientes que podían ser llamados en caso de que, por alguna razón, no pudieran ser localizados para los encuentros habituales.
En muchos casos, las personas mencionadas como contactos alternativos también participaban en el estudio, así que los expertos miraron qué amigos y familiares estaban también en la investigación, y después miraron quién se convirtió en obeso y cuándo.
Si alguien se hacía obeso, sus amigos eran un 57 por ciento más proclives a repetir el patrón a lo largo de los años, según descubrieron. Si dos personas se nombraban entre sí, eran un 171 por ciento más propensos a la obesidad si uno engordaba primero.
"Creemos que estos resultados refuerzan la idea de que la obesidad no es simplemente un problema individual sino un problema colectivo", concluyó Christakis.
Fuente: Reuters
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